CONCLUSIONES FINALES



5. CONCLUSIONES FINALES

Los numerosos cambios que se han producido en un breve periodo de tiempo y, sobre todo, la velocidad con la que han tenido lugar dichas transformaciones, han sido el origen de una preocupación creciente en torno a la capacidad de la escuela para formar a la ciudadanía del siglo XXI. Y aunque resulta harto complicado establecer prioridades cuando abordamos un asunto de relevancia incalculable como es la educación de los jóvenes, uno de los retos más importantes de nuestro tiempo tiene que ver con el desarrollo de aquellas competencias que, desde el respeto y valoración de una sociedad positivamente multicultural e interconectada, facilitan tanto el conocimiento de otras perspectivas y percepciones sobre la realidad como el análisis crítico de las propias. Ciertamente, sería una falacia negar que en los últimos años se han producido numerosos avances, pero no es menos cierto que en el seno de nuestras escuelas persisten problemáticas de las que ya hemos dado cuenta en otras ocasiones, caso de la necesidad de intensificar las relaciones entre familias, escuela y comunidad, asunto ampliamente demostrado que no precisa que añadamos más o mejores argumentos. Pero en lo que sí hemos de insistir es en la búsqueda de nuevas fórmulas susceptibles de optimizar el nivel de implicación y compromiso de instancias y agentes educadores. Precisamente por ello creemos que una de las claves se sitúa en la mayor rentabilización del espacio digital de comunicación para fortalecer una conectividad de corte intercultural mediante la configuración de nuevos espacios de colaboración y aprendizaje que favorecen el desarrollo de estructuras de trabajo cooperativo en la red. Esto supondrá mejoras en el conocimiento, la comprensión y la convivencia intercultural en los más jóvenes, consumidores y también creadores de significados culturales cada vez más diversos, cambiantes y dinámicos Ahora bien, antes de terminar quizás debamos preguntarnos si la buena voluntad de los docentes va a ser suficiente para aprovechar las ventajas que pueden introducir los soportes digitales en los procesos de enseñanza-aprendizaje, o bien si otra de las prioridades se sitúa en el ajuste de la preparación del profesorado a los requerimientos de la sociedad actual, entre ellos, la mejor capacitación para gestionar de manera eficaz las aulas con apreciable heterogeneidad étnico-cultural. Asimismo, el desarrollo de las competencias interculturales en la sociedad del conocimiento implica que los docentes deben dinamizar propuestas que construyan comunidades de aprendizaje, luego la formación y la comunicación debe ir adquiriendo un matiz comunitario básico en la configuración de redes educativas dinámicas, donde familias, profesorado y alumnado tengan mejores y mayores oportunidades de conocimiento y comprensión intercultural.

6. BIBLIOGRAFIA

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