DE LOS CONOCIMIENTOS A LAS COMPETENCIAS: EL POTENCIAL DE LAS TIC EN LA SOCIEDAD DEL CONOCIMIENTO.


2. DE LOS CONOCIMIENTOS A LAS COMPETENCIAS: EL POTENCIAL DE LAS TIC EN LA SOCIEDAD DEL CONOCIMIENTO

A todas luces es claro que la incorporación de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) a los procesos de enseñanza-aprendizaje constituye uno de los mayores desafíos que debe afrontar nuestro sistema educativo. Nos referimos a un desafío que forma parte de un proceso de mayor calado, con repercusiones que afectan a las distintas dimensiones de nuestra sociedad, y tanto aquellos ámbitos que compartimos como ciudadanos como a muchos otros que nos incumben como individuos particulares. En este contexto no debe sorprender la proliferación de distintos posicionamientos sobre el papel que tiene que desempeñar la tecnología en la sociedad de la información. Los planteamientos han sido variados, y aún contrapuestos, pero moviéndose entre dos extremos que van desde los discursos apocalípticos que insisten en el fin de los ideales y valores de modelo humanista de la cultura, hasta aquellos que hacen apología de los medios tecnológicos como la panacea de una sociedad más eficaz y llena de bienestar para sus ciudadanos (Area, 2009).
Como no podía ser de otra forma, las instituciones educativas también se han visto afectadas por las controversias derivadas de tan intensos debates. Esto se ha traducido en la difusión de varios enfoques (ver Mominó, Sigalés y Meneses, 2007), contrarios en determinados aspectos y complementarios en algunos otros, centrados en el estudio de la integración de las TIC en la educación. En todo caso, en lo que sí hemos alcanzado un cierto consenso es en el reconocimiento de la influencia que ejercen los dispositivos tecnológicos en la vida de todos los ciudadanos pero, sobre todo, en la necesidad de asumir los desafíos educativos derivados de tal influencia. De acuerdo con Coll, Bustos y Engel (2007), la escuela debe revisar el viejo concepto de alfabetización y avanzar en la identificación de nuevas formas de alfabetización que faciliten el desarrollo de las competencias que demanda la sociedad actual. Sin lugar a dudas, disponer de las destrezas que implica el manejo de los medios tecnológicos, la capacidad para interactuar con personas de orígenes diversos, aprender a aprender, etc., son aspectos que hasta el momento han ocupado un segundo plano en los procesos de aprendizaje de nuestros estudiantes pero que hoy en día se han convertido en elementos imprescindibles en la formación de la ciudadanía del siglo XXI (Cummins y Sayers, 1995). No es extraño, por tanto, que el concepto Lifelong Learning haya adquirido la consideración de pieza clave para el desarrollo económico y social de la Unión Europea. Si la formación de una persona no puede reducirse a una determinada etapa educativa, una de las prioridades de las instituciones educativas debe ser favorecer el desarrollo de las competencias necesarias para aprender de manera autónoma. Haciendo nuestras las palabras de De Miguel (2005: 17): el nuevo orden social “exige a cada sujeto una capacitación personal crítica que favorezca la interpretación de la información circulante y la generación del conocimiento propio que le permita aprender de forma continua”. Y es este aspecto donde las TIC nos abren nuevas posibilidades de acción educativa. Tal y como apuntan Borrero y Yuste (2011), la incorporación de las TIC en los ámbitos educativos, tanto formales como no formales, ofrecen múltiples y nuevas alternativas de acceso a la información y gestión del conocimiento. Hoy en día los canales de comunicación se multiplican vertiginosamente, la tecnología no para de innovar y el tiempo dedicado al consumo de los medios de comunicación crece a un ritmo acelerado. No obstante, y en total acuerdo con Francisco (2010), lo importante no es adquirir o asimilar información, sino integrarla y reconstruirla críticamente en el propio y personal conocimiento del saber, el saber en conocimiento y el conocimiento en cultura. No podemos seguir sin detenernos en otro término de gran relevancia en la sociedad actual y que ha significado el inicio de una profunda transformación en las instituciones educativas de nuestro tiempo. Nos referimos al concepto de competencia que, como es bien sabido, a pesar de tener su origen en un contexto vinculado al empleo, en un periodo relativamente corto de tiempo, su alcance se ha dejado sentir con fuerza en las distintas reformas que se han llevado a cabo en los sistemas educativos de los países europeos.
LA SOCIEDAD DEL CONOCIMIENTO: las Tic, su influencia social y ...Concretamente, el proceso de reflexión en torno a las competencias en la educación básica, iniciado con el Informe DeSeCO (OCDE, 2005), culmina con la definición de un marco conceptual que pretende contribuir a la identificación de las denominadas competencias clave, es decir, el conjunto de conocimientos, destrezas y actitudes que han adquirido la condición de imprescindibles en la sociedad contemporánea. La propuesta de la OCDE considera tres bloques de competencias clave, estrechamente vinculadas con varios términos que, como veremos, son fundamentales en nuestra propuesta. Como no podía ser de otra forma, también en España se han producido cambios importantes en la normativa sobre educación, situándose entre los más relevantes las modificaciones introducidas en los currículos de los distintos niveles de enseñanza, tanto obligatorios como postobligatorios, con la aprobación de la Ley Orgánica 2/2006, de 3 de mayo, de Educación (LOE) (BOE 04/05/20011).

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